Con el trabajo del Dr. Zamboni, ahora parece que la segunda hipótesis, la ruptura de la barrera hematoencefálica del cerebro debida al drenaje venoso defectuoso, es la mejor explicación para el inicio de la autoinmunidad en la EM. En apoyo de esto, los investigadores encontraron que, de las 109 personas con EM estudiadas, todas y cada uno de ellas, tenían deteriorado el drenaje venoso. Además, de los 177 sujetos de control, un grupo que incluyó a personas con otras enfermedades neurológicas y personas sanas de diferentes edades, ni uno solo tenía deteriorado el drenaje venoso del cerebro. Esta separación del 100% de las personas con EM de las personas del grupo de control en base al criterio de que tuvieran o no alterado el drenaje venoso deja pocas dudas de que ese fenómeno es muy importante en el proceso de la EM.
Otra observación importante hecha por el equipo Zamboni es que el patrón de reflujo, es decir, las vías específicas que la sangre usa para fluir de vuelta al cerebro, mostraron una fuerte correlación con el tipo de EM. Las personas con EM primaria progresiva presentaban un patrón de reflujo diferente de los casos con EM recurrente remitente y EM secundaria progresiva. A mayores, el patrón de reflujo propio de la EM primaria progresiva proporciona una buena explicación de por qué esta forma de EM es más agresiva y problemática.
Otros datos que son convincentes y que demuestran que la CCSVI es una pieza clave de la EM son los resultados que se obtienen de la utilización de un tratamiento que mitiga los problemas de drenaje venoso. Este tratamiento se denomina «procedimiento de liberación». En primer lugar, se identifican las venas problemáticas mediante una venografía. A continuación, se practica un procedimiento denominado angioplastia con balón para ensanchar las venas problemáticas y, en algunos casos, se insertan stents en aquellas secciones que no responden. El procedimiento es relativamente no invasivo y se realiza bajo anestesia local en un hospital de día. El acceso a las venas es a través de la vena femoral izquierda en el muslo. Normalmente, el tiempo total de hospitalización es inferior a 6 horas y el paciente tiene un vendaje compresivo durante 24 horas.