La familia es conjunto de personas que están en constante interrelación, supone el marco de nuestro crecimiento y desarrollo y apoyo en el individuo, de ahí la importancia de esta en acontecimientos de nuestro diario vivir.
Esta se ve afectada cuando uno de sus miembros presenta algún cambio, sobretodo de salud, como es la esclerosis múltiple, haciendo una reestructuración en todo lo que tiene que ver con las funciones del sistema familiar.
Es evidente que el diagnostico de esclerosis múltiple en uno de los miembros de la familia, causa una fuente de stress importante, pues se producen alteraciones tanto funcionales como emocionales.
La familia y el entorno deben de establecer un proceso de adaptación a la situación de salud que es cambiante y muy incierta. El diagnostico, el seguimiento de tratamientos y la presencia de los síntomas, se unen a las dificultades en el funcionamiento familiar derivadas tanto del malestar emocional de los cambios en la dinámica del sistema familiar, así como también los que derivan de la propia situación de la esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple provoca cambios en el funcionamiento emocional del diario vivir en el sistema familiar, se da una ruptura de la rutina normal y se incrementan los niveles de stress. Es pues que si hay diferencias en el sistema familiar estas puedan exacerbarse al momento del diagnóstico del familiar y más aún puede que esto haga que la aparición de nuevos problemas.
Con el avance de la enfermedad los familiares pueden presentar una serie de sentimientos tales como culpa, rabia, dolor, temor, confusión y depresión. La tensión emocional, demandas físicas asociadas con el cuidado del paciente, incertidumbre, el miedo a la muerte, la alteración en los roles familiares y el estilo de vida que convergen entre los distintos miembros de la familia.
Algunos síntomas que pueden presentar los individuos del sistema familiar, pueden ser agotamiento físico y mental. Trastornos de ansiedad, trastornos del sueño, alteraciones en el apetito y el peso, reacciones fóbicas y conductas dependientes.
De ahí la importancia de considerar a los familiares en dos vertientes, como dadores y como receptores de cuidados. La familia supone la fuente de afecto y cuidado más importante para el paciente. La calidad afectiva y la cantidad de tiempo que dedican a su lado son insustituibles. En tal sentido, eso favorecerá la adaptación, intentando que se mantenga un funcionamiento lo más normal posible dentro de las posibilidades.
RECOMENDACIONES
- El cuidado psicológico de la familia requiere:
- cuidado del nivel de información.
- Observación.
- Derivación por parte del equipo.
- El cuidado psicológico es necesario:
- En el momento del diagnóstico.
- Durante la enfermedad.
- Durante el periodo de duelo.
- El cuidado a nivel de información:
- saber escuchar.
- Hemos de permanecer atentos a lo que comunican cuando están en silencio.
- ESCUCHAR, CONFORTAR, AFIRMAR, PERMITIR VENTILAR SENTIMIENTOS AYUDARA A RECONFORTARLOS Y PERMITIRÁ UN MEJOR AFRONTAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE SU FAMILIAR.
Lic. Silvia De Peña Evertsz Psicologa-Psicooncologa-Terapeuta Familiar-Cuidado Paliativo.